La otra patria boba": Colombia perdió el siglo XX - por Roberto Navarro

Publicado por Colombiano Sensato , domingo, 30 de mayo de 2010 8:20

Colombia sensata - un sitio para sentar cabeza


Una de las inquietudes que he guardado desde tiempo atrás es saber porque la zona bananera ha sido escenario de tantos conflictos desde antes de iniciar el siglo 20 (1900) hasta el día de hoy (2010)
Encontré un documento que lo resume bastante.

http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/co/ronago-patria-boba.htm


Introducción
Quién no conoce la historia está condenado a repetirla. Y precisamente, los colombianos parecen no conocer su propia historia. Es irónico hacer la transición, finalizar y empezar dos siglo, en plena crisis económica y social; el paso del siglo XIX al XX y del XX al XXI, así lo confirman. Las constantes luchas intestinas sostenidas, desde los partidos, por los dirigentes políticos en procura del manejo del país, han comprobado no saberlo conducir, es decir, no han procurado, mucho menos logrado mantener, las relaciones democráticas entre los colombianos, como la manera sana y lógica para lograr el desarrollo del país; han sumido a éste en la más profunda y cruel de las crisis vividas: política, económica, guerrillera, paramilitar, secuestros, masacres, corrupción, entre otras. Lo anterior ha llevado a revisar y, desde luego, plantear, una y otra vez, esta hipótesis: En Colombia se ha perdido el siglo XX; hemos vivido otra `` Patria Boba ´´ Es fácil colegir lo anterior de acuerdo con los siguientes sucesos acaecidos en el territorio a lo largo y ancho de este siglo:
A partir de las luchas de independencia en 1810, el país siendo parte de la Gran Colombia, ese frustrado sueño Bolivariano, no ha podido encontrar la conciliación política, para acabar con la guerra fraticida; premisa indispensable para la consecución del desarrollo económico y el bienestar social. Y se menciona a la época de la independencia porque debido a falta de un proyecto político único, después de 1819, los patriotas no lograron la unidad ni económica ni política de los territorios integrados en la Gran Colombia; de ello, es muestra fehaciente la división y nacimiento de las hoy Repúblicas de Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador
 

Para citar este artículo en cualquier documento puede utilizar el siguiente formato:
---------
Navarro Gómez, Roberto (2001)  "La otra 'patria boba': Colombia perdió el siglo XX" 
en Observatorio de la Economía Latinoamericana http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/co/ consultado el (poner fecha de consulta).


Se ha heredado, por parte de los colombianos, ese espíritu guerrerista el cual los ha conllevado a permanecer en constantes luchas olvidándose de construir las verdaderas
bases para la reforma política: la equidad y la democracia participativa; la reforma social: fortalecer el capital humano y social; y la reforma económica: facilidades para las inversiones nacionales y extranjeras que consoliden los procesos productivos con miras a crecer de manera sostenida en las exportaciones, aprovechando las condiciones de los mercados internacionales y con ello, lograr el desarrollo de la nación

El recrudecimiento de los hecho violentos en los últimos años en el país permiten marcan la tendencia de la sociedad colombiana por permanecer en el conflicto; este escenario se ha mostrado más relevante frente a la búsqueda de los caminos del diálogo para lograr la reconciliación y con ella el desarrollo económico. Con la anterior premisa, es fácil sostener que se ha perdido, es decir, desperdiciado social y económicamente el siglo XX debido a los crueles eventos de la guerra sucedidos en la historia del país a lo largo y ancho del mismo

EL PROCESO DE VIOLENCIA POLÍTICO EN COLOMBIA
Los acontecimientos políticos, al final del siglo XIX, pusieron fin a la Constitución Federalista de 1863 y dieron origen a la Constitución Centralista, presidencial y excluyente de 1886; delinearon los enfrentamientos entre radicales y conservadores; estas luchas marcaron los preparativos para las guerras del siguiente siglo. Se despidió así el siglo XIX y se dio inicio al siglo XX con la llamada Guerra de los Mil Días (1899 - 1902); dicha guerra da cuenta de la división al interior, tanto del partido Liberal como del partido Conservador. Se luchó, prioritariamente, por conseguir una reforma política: mayor participación en el Parlamento, más no por las reformas que consolidaran la vida
económica del país.

En la primera década del siglo XX, además de la guerra civil, se sucede en el país un hecho trascendental en su vida económica, política y territorial: la separación del istmo de Panamá, `` impulsada por los círculos imperialistas de Norteamérica interesados en construir un canal interoceánico. Ante la indiferencia de la oligarquía se consumó la separación y Norteamérica cobró el servicio expropiándole al pueblo panameño la zona del canal. Las intervención norteamericana en Panamá marcó un nuevo rumbo en las relaciones colombianas, pues a pesar de la descarada intervención yankee, los lazos económicos se fortificaron con Norteamérica a medida que se aflojaban con las potencias europeas ´´. (Tirado Mejía.1991. p.129). Lo anterior obedeció a la necesidad norteamericana de expandir y consolidar su imperio con el dominio comercial, y político en el continente. Este despropósito histórico no se hubiera dado de no ser por los enfrentamientos políticos entre los habitantes del continente y los Istmeños quienes ofrecieron, tal cual y reza el refrán, en bandeja de plata el territorio a los Norteamericanos. En los años siguientes y después de varios enfrentamientos políticos, se sucede la venta oficial del Istmo: `` Marco Fidel Suárez, quien gobernó al país entre 1918 y 1921, era un político conservador ultramontano dedicado a la gramática. Durante su gobierno se dictó una legislación petrolera en un todo favorable a los intereses norteamericanos. Con ello el presidente gramático no hacía más que desarrollar las teorías expuestas en sus escritos, de una estrecha relación con los EE.UU expresada en el lema `` hay que mirar al norte ´´, hacia `` la estrella polar ´´. En el año de 1921 el Presidente Harding presentó al Congreso norteamericano el tratado de 1914 y éste lo aprobó fijando una indemnización de US 25.000.000 pero exigiendo que la cláusula del `` sincero pesar ´´ fuera abolida ´´. (Tirado Mejía. 1991. P.131 - 132). Desde luego, este tratado también fue aprobado por el Congreso colombiano.

Otro hecho, a tener en cuenta en este periodo, es el levantamiento en armas del movimiento indígena liderado por Quintín Lame en 1914, por la recuperación de las tierras de los resguardos de Tierradentro invadidas por los colonos blancos. También, cabe resaltar en esta década la primera guerra mundial 1914 - 1918, por cuanto trajo para Colombia graves consecuencias políticas, fiscales y económicas, donde el comercio internacional se vio disminuido con el bloqueo de los submarinos alemanes a la marina mercantil aliada; así mismo, por el bloqueo de los aliados a la marina alemana, lo cual disminuyó la renta por conceptos de aduana y el gobierno nacional se vio avocado a suspender las pocas obras públicas que daban empleo a la mano de obra. El resultado de estos acontecimientos es la impopularidad del gobierno, la cual se acrecienta en el momento en que se produce el asesinato del general Rafael Uribe Uribe, en las gradas del Capitolio Nacional, cuando se dirigía al Congreso en los primeros meses de la guerra

La década de los 20 se caracteriza por el espíritu regionalista heredado del siglo XIX, donde se alimenta la vida política del momento. "La ubicuidad de las guerras civiles, en escenarios tan disímiles como el Cauca, la Costa Atlántica, Panamá o Santander, disimulan los hechos de que los conflictos no podían ser la mayoría de las veces sino
conflictos locales y que la función de los partidos era la de facilitar alianzas o prestar una apariencia de generalidad y uniformidad"(Colmenares, 1989. p. 246)

En el ámbito internacional se produce la crisis financiera del 20 donde se empieza a sentar la base del final del patrón oro; se favorece la inversión de capitales extranjeros sobre todo el norteamericano, pero no se aprovecha esta coyuntura debido a las luchas regionales aún persistentes; aquí, es importante recordar, como hecho execrable para repudiar, la Masacre de las Bananeras, resultado del conflicto laboral sucedido en la Zona Bananera del Magdalena en 1928

Durante los años treinta se sucede la gran depresión de la económica mundial, conocida comúnmente como la recesión económica mundial; situación esta que favoreció en gran medida, la aplicación del modelo de sustitución de las importaciones, más no por iniciativa propia del gobierno de turno sino por las condiciones mismas de la relación de dependencia profesada por el país; dicha condición no fue oportunamente aprovechada debido a la débil industria instalada durante este tiempo, siendo fácilmente arrollada por la posterior recuperación de los países en guerra. El poco avance económico se vio apocado por la lucha por el poder entre el partido Liberal y el Conservador; era tanto el malestar político-económico que en el gobierno de Enrique Olaya Herrera, a la designación del Ministro de Hacienda, Esteban Jaramillo, `` - decía El Tiempo en un editorial - no puede causarnos especial regocijo. Él simboliza cuanto hemos condenado: la danza de los millones, los despilfarros, el optimismo infundado, la insinceridad administrativa, la falta de energías y la carencia absoluta de continuidad y de plan...´´ (Arciniegas, 1989 p.300). Cabe mencionar en esta década la guerra con el perú y durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo, el nacimiento de organizaciones de oposición: La Acción Patriótica Económica Nacional APEN y la Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria UNIR, del inmolado dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán

En la década de los 40 la violencia ha sido, sin lugar a equivocarme, uno de los aspectos presentes en la vida diaria del pueblo colombiano: el problema de la tierra; la ausencia, en algunos casos, y la débil presencia en otros, del Estado en las zonas rurales; las desigualdades entre el campo y la ciudad y el aislamiento del campesinado son parte de este proceso

``Entre mediados de los años cuarenta y finales de la década del cincuenta, vastas zonas rurales del país estuvieron sumidas en la guerra y sus habitantes sometidos a persecuciones por parte del ejército, de organizaciones paramilitares de filiación partidista y de las guerrillas de una y otra denominación política. A los innumerables
muertos que dejó este proceso hay que agregarle el despojo de tierras y bienes, apoyado en el asesinato de los dueños o en la amenaza para forzarlos a vender sus propiedades, la apropiación de las cosechas, el abigeato y el incendio de casas, beneficiaderos y sementeras, que obligaban a los campesinos a migrar a las ciudades, a desplazarse hacia otras zonas de la misma filiación partidista y hacia zonas de colonización, o a enrolarse
en grupos armados. La violencia generó, obviamente, un profundo reordenamiento de la estructura social y de las relaciones de poder en cada región ´´ (Ocampo et al, 1987. p.291-292) Las cruentas luchas, entre liberales y conservadores, en diferentes zonas del territorio nacional, caracterizaron esta década por cuanto tuvo como acontecimiento para destacar el execrable crimen del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán

Durante los años 50 se profundizan los enfrentamientos partidistas y con ellos la violencia en el país; estos sucesos se apaciguan con el golpe militar y desde luego, con el derrocamiento del presidente conservador Laureano Gómez. La instauración del gobierno militar del General Gustavo Rojas Pinilla y el golpe de estado a este último, facilitan la situación previa a la forma negociada de gobiernos compartidos, entre los dos partidos tradicionales, durante los 16 años siguientes; la anterior manera de hacer gobierno originó la conformación del Frente Nacional. En los primeros años del Frente Nacional la violencia cambió de escenarios geográficos y de características porque durante este periodo sobresalen el Bandolerismo Político y las Guerrilla de base campesina influenciada por las ideales comunistas

Con el escenario anteriormente descrito, en los años siguientes entra el país a la década de los sesenta; dicha década se puede considerar la `` Nueva Patria Boba ´´ vivida en la nación, por cuanto la sucesión acordada por los gobiernos bipartidistas para dirigirla en los cuatro periodos siguientes así lo demuestran; este singular mecanismo de gobierno compartido, el bipartidismo, no procuró en si mismo las soluciones y beneficios económicos, ni la salida política a la crisis; por el contrario, el resultado observado en este ensayo político fue el incremento de los conflictos en la sociedad rural. Frente a estos problemas se pretendió la solución de las desigualdades agrarias y la concentración de la propiedad de la tierra a través de la reforma agraria y con ella, la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos ANUC para canalizar la política agraria y el reparto de las tierras en manos de los terratenientes. La anterior política agraria en realidad no fue ninguna solución a los problemas existentes y más bien incentivó el enfrentamiento entre la clase social campesina y los terratenientes

Los años setenta fueron también herederos de la agitación política y las movilizaciones campesinas a lo largo y ancho del territorio nacional dado el incumplimiento, por parte del gobierno, en los cambios y soluciones ofrecidas a los campesinos con la reforma agraria: invasiones de tierras, movilizaciones en el sector rural y en las ciudades y la toma de las oficinas del INCORA en Bogotá, lideradas por la ANUC. En la presente década se vio el resurgir del movimiento campesino, pero también el asesinato de muchos de sus líderes. El periodo de los setenta es reconocido además, por el auge del cultivo ilícito de la marihuana, quien trae consigo el inicio de un ciclo de muerte, de viudas, huérfanos, desplazados y consecuentemente, la conformación de los grupos del narcotráfico o marimberos, con las consecuencias vividas en el largo plazo; todo lo anterior contribuyó con el recrudecimiento de la violencia en el país. Este auge de los cultivos ilícitos agrega dos fenómenos más de violencia al país; el primero, lo constituye la facilidad de financiación a los grupos armados y al margen de la Ley; el segundo, es la conformación de grupos de seguridad privada, hoy en día conocidos como grupos de paramilitares. Ambas formas de organización, de alguna manera, alimentan la violencia
El periodo de los ochenta se caracteriza por la turbulencia y confusión de los hechos de violencia que se vienen presentando en el país; producto de los nuevos ingredientes introducidos a la guerra: narcotraficantes, militares, paramilitares, pandilleros o sicarios y bandas de delincuencia común; todo estos sucesos ocurridos ocasiona en el país, un giro diferente al ``conflicto político armado tradicional``, por la disputa del poder hecha por la guerrilla al Estado legalmente constituido. Los diferentes enfrentamientos entre la gama de grupos conformados, no apaciguan el clima de zozobra vivido en el país, por el contrario, alteran los ánimos y se reafirma la guerra civil no declarada, oficialmente, en la nación

En los años noventa, la última década del siglo XX, se observa la agudización del conflicto armado, configurándose similar escenario al registrado en la transición de los dos siglos mencionados anteriormente, lo cual confirma el planteamiento de la hipótesis enunciada al comienzo, convirtiéndose en soporte principal para este documento; lo anterior se manifiesta claramente en el incremento del secuestro; las masacres a la población campesina y civil; los combates entre el ejército, la guerrilla y los paramilitares; deterioro de la economía y con ello, la disminución en la capacidad productiva del país y el deterioro del nivel de vida de la población marginal, producto de las luchas políticas partidistas, no obstante darse inicio al proceso de `` diálogos para la paz en medio de la guerra ´´ propuesto por el gobierno del Presidente Andrés Pastrana Arango.
ANÁLISIS DE LA HIPÓTESIS PLANTEADA
El anterior recuento, muy sucinto por supuesto, del proceso de violencia vivido durante la historia del país confirman lo dicho: no son 20 ni 30 ni 50, los años de la cruenta guerra soportados por la sociedad colombiana. Este corto periodo de violencia descrito por los historiadores, hasta la saciedad, han sido la base para que ciegamente e ingenuamente muchos lo hayan repetido y peor aún, los dirigentes socio - políticos y científicos sociales del país quieran hacerle creer a la nación de la escasa dimensión del problema. Los acontecimientos, aunque brevemente referidos, dan cuenta del verdadero espacio temporal alcanzado por la violencia; es más tiempo del normalmente enunciado, en el cual si se hubiera dado la reconciliación, a través del diálogo, se habría podido avanzar de mejor manera hacia el crecimiento económico del país y con ello, facilitar el bienestar a una población, por demás, atropellada durante estos últimos siglos. Ese trajinar por la violencia nacido, en la época reciente, hacia los finales del siglo XIX, se reproduce en todo el siglo XX y se enquista en los inicios del XXI, comprueban la hipótesis planteada y es fehaciente muestra de que Colombia ha perdido el anterior siglo

La reflexión se propone en el espacio de una amplia discusión en los temas de la paz,
hoy en día muy de moda; para empezar dicha reflexión nada más propicio lo constituye el ámbito de trabajo organizado, hacia la acción académica, desde las Universidades y en especial, los Programas de Economía; en tal sentido, se pude pensar, junto con el país, en la clara y urgente necesidad, de alimentar los diálogos de la reconciliación en todos, pero todos, los agentes sociales del conflicto; de una u otra manera es la sociedad colombiana entera

Si se quiere, objetivamente, entrar a resolver los problemas complejos del país desde ya, se requiere, y por ello se pide a gritos, una reestructuración en lo social - político - económico - territorial, por cuanto en las dos últimas constituciones, 1886 y 1991, se ha presentado fallas en estos aspectos. Lograr dichos objetivo requiere adelantar dos proyectos básicos: uno de orden político y el otro de orden socio - educativo. Lo anterior implica empezar por lo primero: reestructurar la forma de hacer política en Colombia y con ello, modificar el mismo mecanismo de participación de los gobernados y de elección de los gobernantes, lo cual conduce al proyecto político básico mencionado antes

Es importante recordar al respecto el concepto y acto de la democracia; tal como la diseñaron los Griegos, concentra en el Demos (pueblo) el ejercicio de la Cratos (autoridad). La primera forma de la democracia fue la democracia directa, donde todos los ciudadanos aportaban y tomaban las decisiones que luego eran puestas en práctica por los gobernantes. Pero la democracia, en el espacio - tiempo, fue prostituida, surgiendo de este modo la democracia representativa en la cual los ciudadanos por medio del voto transfieren la facultad de decisión a un mandatario; luego aparece la democracia participativa, es decir, la integración de las instituciones y la comunidad con el propósito de incidir en la toma de decisiones y control de las políticas públicas. La última forma de la democracia mencionada, esto es, la representativa, es retomada por la Constitución Política de Colombia, especialmente en el artículo 40. ``Todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político.... ´´ . Se quiere decir con ello, que la mayoría de la ciudadanía debe tomar las decisiones a partir del mayor y mejor conocer de los problemas socio - económico por solucionar

Al respecto, uno de los llamados economistas clásicos, desde luego, defensor de las libertades económicas y políticas, en aras de la defensa de la democracia y condena de la corrupción manifiesta: `` la única garantía contra la esclavitud política es el control mantenido sobre los gobernantes mediante la difusión entre los gobernados de la inteligencia, la actividad y el espíritu público ´´ (J. Stuart Mill 1806 - 1873, en su obra Principles of Political Economy, 1848. Citado por Juan R. Cuadro Roura et, al.1995)
A esta altura del documento es importante hacer referencia a los dictámenes de las dos últimas Constituciones Políticas de Colombia, 1886 y 1991, en su relación con la organización económica - política - administrativa y territorial, para poder fundamentar la propuesta del este trabajo en cuanto ella se desprende de la hipótesis planteada al comienzo del mismo. En tal sentido, `` el espíritu de la Constitución Política de 1886 definió con bastante claridad los aspectos fundamentales del proyecto político de Nuñez y de los regeneradores. El objetivo esencial era claro: se trataba de garantizar el orden del país. Y se confiaba que el orden se apoyaría sobre una serie de elementos básicos: la centralización radical del poder público, el fortalecimiento de los poderes del ejecutivo, el apoyo a la iglesia católica y la utilización de la religión como fuerza educativa y de control social. En cuanto al centralismo, la Constitución consagraba el carácter unitario de la nación, en la que residía la soberanía, modificaba el nombre de estados por el de departamentos, ordenaba que la legislación penal, civil, comercial, minera, etc., fuese de orden nacional, y eliminaba la elección de funcionarios ejecutivos regionales. Ahora el presidente designaría a los gobernadores y estos a los alcaldes; todos los funcionarios del ejecutivo tendrían el origen de su nombramiento en el presidente de la República

`` Los departamentos conservaban algunas rentas, aunque otras pasaban de nuevo al gobierno central, y tendrían un organismo administrativo electivo, la Asamblea Departamental. Nuñez, como ya se dijo, quería dividir los nueve Estados en fragmentos menores. Probablemente temía el poder de sus propios caciques, como Payán; Aldana había sido ya destituido por su empeño en conservar el control de las milicias de Cundinamarca. El regionalismo logró impedir esta línea, y varios delegados subrayaron la importancia de respetar la tradición federalista del país. Tan fuerte fue la resistencia a la división territorial, que la Constitución acabó estableciendo condiciones difíciles para la formación de nuevos departamentos; estos sólo podían crearse, si afectaban a departamentos existentes, mediante una ley aprobada en dos legislaturas sucesivas y con el consentimiento del 80% de las municipalidades de la comarca en cuestión ´´ (Melo 1989. P.48)

La anterior Constitución, por su propio origen, contenido y carácter excluyente, centralista y presidencial, no fue lo suficientemente sólida para permitirle al pueblo colombiano caminar por los senderos de la unidad y el desarrollo económico sin embargo, sólo después de más de un siglo de vigencia hubo la necesidad de hacerle una reforma de fondo. Lo anterior obedece a las dificultades por integrar al país, desde la constitución del 86, con el desarrollo a partir de lo político, económico y territorial. Las diferencias espaciales parecen tener su origen en los propios comienzos de las actividades económicas en la nación. La colonización y producción cafetera determinan definitivamente, el modelo de desarrollo a seguir. La inserción de Colombia al mercado internacional es, tal vez, el resultado de dicha actividad, por cuanto `` durante la colonia existieron dos distritos artesanales de importancia en el territorio de la Colombia actual: el principal de ellos, en la región Central, "en lo que hoy es el norte del departamento de Cundinamarca y porciones de Boyacá y Santander, con algún decalaje sobre las tierras del Norte de Santander y apéndices en los Llanos de Casanare". El segundo foco artesanal, mucho más pequeño que el primero lo constituía el distrito de Pasto, al sur de la región caucana ´´ (Jaramillo, et al. 1987. P.37).

El anterior orden de desarrollo iniciado no se mantuvo ni fue posible sostenerlo, por cuanto el modelo de acumulación iniciado, con el auge de la caficultura, y las políticas económicas diseñadas, por el gobierno del momento, facilitó la centralización en Bogotá, Medellín y Cali del nuevo eje del desarrollo del país. Lo anterior, antes de procurar unificar al territorio, básicamente lo dividió. Barranquilla, ciudad próspera en otros tiempos, perdió posición comercial. El centralismo político - administrativo agudizó las diferencias del desarrollo entre los diversos espacios nacionales, provocando en ellos, y con mucha razón, la no conformidad social. Algunos historiadores fundamentan en estos hechos, el nivel de atraso de algunas regiones en Colombia; es el caso, muy particular, de la Costa Atlántica donde, a raíz de lo sucedido, se presenta el nacimiento del movimiento separatista, de principios del siglo XX, denominado `` La Liga Costeña ´´. A partir de allí arranca, prácticamente, el proceso de planificación territorial, desde el cual la Costa Atlántica ha pretendido contribuir mucho, en el tiempo, con el ordenamiento territorial general, con miras a enfrentar de mejor manera los retos del desarrollo y la disminución de las diferencias económicas, sociales y territoriales nacionales

Las diferencias regionales en Colombia, con su origen, desde luego, en la inserción internacional a partir de la actividad cafetera, se pueden analizar tomando de referencia tres puntos de vista un tanto diferentes. El primero de estos lo constituye la teoría del desarrollo planteada por Gunnar Myrdal a finales de los años cincuenta y denominada "causación circular acumulativa", donde explica las diferencias regionales a través del proceso acumulativo de las regiones más ricas en su comunicación económica con las más pobres. `` Su análisis parte de la relación entre países ricos y países pobres, focalizándose en el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y el nivel de satisfacción de las necesidades básicas de los habitantes. Concluye que a medida que el proceso socioeconómico transcurre, el funcionamiento de las fuerzas de mercado produce un distanciamiento creciente entre los países pobres y los países ricos. En el tiempo el proceso se hace acumulativo y en el espacio se hace crecientemente desigual. Esto se debería a que la extracción de recursos de las áreas pobres, a través del comercio internacional y de las inversiones, es creciente. Luego, este esquema de análisis es trasladado al interior de los países pobres para explicar la desigualdades regionales ´´ (Hiernaux, et al. 1997. P.33-34)
El segundo punto de referencia lo constituye el `` modelo de Albert Hirschman, se diferencia del anterior en cuanto a que este autor le atribuye al Estado un papel importante en cuanto a su capacidad para disminuir las desigualdades regionales a través de subsidios, programas de imposición y otro tipo de instrumentos afines. En cambio, Myrdal considera que si el Estado interviene en relación con las desigualdades regionales sólo podrá enfatizarlas ya que su acción no va a ser ajena a la dinámica de las
fuerzas de mercado ´´ (Hiernaux, et al. 1997. P.34)

El tercer punto de vista se refiere también a la participación del Estado en la influencia para la disminución de las desigualdades regionales, pero desde una visión Marxista; al respecto Stuard Holland `` plantea que las desigualdades regionales han podido ser compensadas en cierto grado por la acción del Estado. No obstante, bajo la actual dominación de las empresas multinacionales, el estado habría reducido su capacidad de influir en este sentido. Ello hace que -para este autor- las desigualdades regionales vuelvan a emerger con nuevas fuerzas ´´ (Hiernaux, et al. P.34)

El proceso de planificación ha tomado singular impulsado, desde 1974 en la Costa Caribe Colombiana, como una manera de solucionar políticamente la ejecución de los macroproyectos económicos a realizar en esta área del país; y se puede ,brevemente, resumir así: en 1919 se crea `` La Liga Costeña ´´ cuyo objetivo básico fue presionar al gobierno central para que se iniciara un periodo de inversiones en el área de la costa que permitiera reforzar el crecimiento y aminorar las distancias del desarrollo; en 1974 se crea el Sistema Integrado de Planificación Urbano - Rural SIPUR., con el propósito de hacer la integración y propiciar la relación del desarrollo entre las áreas urbana - rural; en el año de 1981 se promueve y realiza el Primer Foro de la Costa, foro que recoge los lineamientos para un modelo de planificación en la costa; en 1982 se realiza el Segundo Foro de la Costa allí, se revisan las acciones programadas en el foro anterior y se proyecta la consolidación de la planificación en la costa; en 1983 asume la Corporación Regional Eléctrica CORELCA, por directriz presidencial, el papel de coordinar el Plan de Desarrollo de la Costa: `` Un Viaje Hacia el Futuro ´´; al año siguiente, 1984 y ante el fracaso coordinador de CORELCA, se propone, en primera instancia, la creación de la Corporación para la Planificación de Costa CORPOCOSTA, y la Corporación para la Planificación del Caribe CORPOCARIBE, en segunda instancia, para regir el destino del desarrollo en esta parte del territorio nacional; ninguno de los dos intentos dan los resultados esperados, como tampoco los anteriores a decir verdad, en consecuencia, en el año de 1985, mediante la Ley 76, se crea el Consejo Regional de Planificación Económica y Social de la Costa Atlántica. A través de esta Ley se faculta al presidente de la república ordenar, en lo sucesivo, la creación de otros CORPES con el propósito de
realizar la integración del territorio nacional y facilitar un mejor ordenamiento, con la idea de enfrentar los retos planteados por el modelo aperturista de desarrollo
Los anteriores acontecimientos, en la planificación regional, son razón suficientes para afirmar que la Costa Atlántica ha contribuido grandemente con los procesos de planificación en el orden territorial. En consecuencia, los objetivos del desarrollo económico, disminución de la pobreza en Colombia, propuestos y, desde luego, esperados con los dictámenes de la Constitución de 1886 no se lograron; ante tales circunstancias fue reemplazada por la constitución de 1991, en la cual se perfila el contenido de un Estado Social de Derecho: en su Artículo uno (1) la nueva constitución política así lo dice: `` Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general ´´. De todos es conocido que la Constitución del 91 no ha podido arreglar los entuertos de la anterior; el territorio no está unificado como para permitir la mejor utilización y administración de sus recursos y enfrentar el reto planteado por el modelo económico neoliberal, para sólo enunciar uno de los problemas no corregidos, amén de los demás de mayor o igual envergadura; sin embargo, es bueno reconocer y al tiempo rescatar de esta Constitución, el aporte hecho en el orden territorial, título XI, donde se propone una mejor orientación y disposición del espacio para su uso económico y con esto, el desarrollo de actividades encaminadas hacia una mejor competencia del país en su relación comercial con el resto del mundo. De lo anterior da cuenta la Constitución en varios de sus artículos: 285, 289, 297, 306, 307, 319, 321, para sólo mencionar algunos

Es importante resaltar en esta Constitución, la designación de las antiguas Intendencias y Comisarías a la categoría de departamentos como también, la propuesta de constituir Provincias y Regiones para solidificar el territorio. Desdichadamente, no ha habido la voluntad política ni local, ni regional, ni nacional para llevar a cabo tal proyecto; en este sentido, los esfuerzos por darle al país un mejor orden territorial con miras enfrentar el modelo aperturista, han fallado.  
HECHOS PROPOSITIVOS
Para que la constitución se cumpla en estricto mandato, debe darse una reforma en lo político - administrativo; desde luego que, uno de los cambios necesario y urgente es la reforma electoral participativa. Lo dice Sócrates en su escrito Las Clases sociales: `` si, como algunos opinan, la libertad, se encuentra principalmente en la democracia, y también la igualdad, esto se realizará más cumplidamente cuando todos participen más plenamente del gobierno por igual ´´. Para lograrlo, sería muy oportuno y democrático utilizar en el país, y para tal objetivo se propone, el siguiente esquema que de seguro facilitaría la participación comunitaria:

A) En el Orden Administrativo debe darse la división espacio territorio/actividad
económica
B) En el Orden Político debe darse la representación por espacios territorio en unidad de miembros/actividades económicas
C) La Planificación debe ser unitaria: en lo político-económico; cada sector o subsector
económico debe tener su representante
D) Debe existir un Consejo de Planificación en cada nivel jerárquico de la estructura
administrativa en la división espacio/actividad económica

La Estructura Político - Administrativa sería así:

En el Orden Nacional

Hacer la división territorial aprovechando la estructura que propone la Constitución del 91, es decir, desde lo regional; procurando consolidar el proceso ya iniciado de los Consejos Regionales de Planificación Económica y Social CORPES, Regiones Administrativas y de Planificación RAP, y Región como Entidad Territorial RET, desde donde se consolide la autonomía de los distintos espacios económicos

El órgano de administración nacional debe ser unicamaral con representación equitativa de las distintas regiones conformadas, de acuerdo con la división territorial político - administrativa propuesta anteriormente

En el Orden Regional

Aprovechar la división territorial propuesta por la Constitución, para que se conformen las provincias de acuerdo con el artículo 321 de la Constitución Política; el orden regional debe tener un órgano administrativo con representación equitativa de acuerdo con la división territorial propuesta; las provincias constituidas formarán las regiones

En el Orden Provincial

Se constituirá a partir del Artículo 286 de la Constitución Política y debe tener un órgano administrativo con representación equitativa de acuerdo con la división territorial propuesta; los municipios así integrados formarán las provincias

En el Orden Local: Municipio o Distrito

Estará constituido por los actuales municipios o distritos y funcionarán de acuerdo con el orden territorial dispuesto en la constitución, es decir, se dividirán en juntas administradoras locales JAL

Como se puede observar, el país, territorialmente hablando, tendría cuatro (4) niveles en lo Político - Administrativo: Nacional, Regional, Provincial y Local. Siendo muy compleja la estructura de participación comunitaria para la realidad democrática del proceso propuesto, sólo se intenta la explicación de la propuesta en el orden local por ser la célula inicial o primaria del orden territorial nacional; los otros tres (3) niveles se deben estudiar ampliamente con miras a un mejor diseño de los mismos y completar así la generalidad de la estructura

Estructura Político - Administrativa de Participación Ciudadana

En el Orden Local: Municipio o Distrito

1 - Elección popular de alcalde con la mecánica de la Ley electoral vigente
2 - La participación ciudadana se debe dar desde lo más comunitario: desde el barrio
3 - División del territorio local, distrito o municipio, en comunas
4 - Elección de uno o más concejales por comuna, de acuerdo con el número a proveer
constitucionalmente; con residencia conocida en la comuna, 10 años mínimo y el
lleno de los requisitos de Ley
5 - Revocatoria directa del mandato a los concejales por parte de los habitantes de la
comuna en caso de incumplimiento en el ejercicio de sus funciones
6 - La revocatoria del mandato del alcalde se hará por los concejales o por un número
determinado de comunas en caso de incumplimiento en el ejercicio de sus funciones

Con el anterior esquema, división territorial y de elección a corporaciones públicas para la administración del territorio nacional, seguro que se lograría un mandato limpio, es decir, sin corrupción y verdaderamente más democrático; por lo menos, más controlado desde las bases populares. La iniciativa participativa pretende, en lo sucesivo, facilitar en comunidad la administración del territorio, es decir, con la participación comunitaria; la metodología de selección para la participación popular sería así:

Cada manzana elegirá sus voceros, representantes, de acuerdo con el número de miembros a nombrar para conformar la representatividad del barrio

Cada barrio elegirá sus voceros, representantes, de acuerdo con el número de miembros a nombrar para conformar la comuna

Cada comuna elegirá sus voceros, representantes, de acuerdo con el número de miembros a nombrar para conformar el concejo distrital o municipal

Cada comuna, de entre sus miembros elegidos anteriormente, seleccionará un candidato para que participe en la elección popular del cargo de alcalde

De igual manera, y en forma ascendente, se seleccionarán los candidatos para formar
parte de la representatividad a la corporación unicamaral definida anteriormente como
órgano legislativo nacional

Los gremios tendrán su representación, en este esquema administrativo, de acuerdo con la división económico - territorial propuesta, también, anteriormente

Finalmente, se debe entender a la unidad nacional como una respuesta a la organización desde lo territorial y participativo en lo político - administrativo. En una sociedad excluyente lo menos esperado es el conflicto, resultado quizas, de las disputas por lo que socialmente a cada cual le corresponde ; esta es la conducta observada en el país a raíz de la concentración en la propiedad, la desigual distribución territorial del desarrollo, la poca o nula participación ciudadana en lo que, modernamente, se ha denominado autodeterminación de los pueblos. Por ello, la propuesta, como solución al conflicto social, es la reflexión hecha en el documento, y se desprende de la hipótesis reseñada al comienzo del trabajo; se busca con ella dar a conocer una metodología para facilitar la convivencia, el dialogo, la reconciliación, la mejor distribución de la riqueza, la propiedad y la participación en el manejo y orientación de la sociedad colombiana. Todo lo anterior es posible a partir del mismo proceso de violencia, es decir, es una conclusión obvia del mismo si nos apoyamos en el `` estado social de derecho ´´ proclamado en la Constitución política. 
GRAFICACIÓN DE LA HIPÓTESIS


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 

Arrubla, Mario y otros. Colombia Hoy: Perspectivas Hacia el Siglo XXI. Editorial. Siglo XXI. 14ª. Edición Aumentada y Corregida. 1991
Cuadrado Roura, Juan y Otros. Introducción a la Política Económica. McGraw Hill 1995 
EURE. Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales. Editado por Instituto de Estudios Urbanos de Arquitectura y Bellas Artes Pontificia Universidad Católica de Chile. No.68.1997 
Forero Pineda, Clemente y otros. Consejo Nacional de Planeación. Planeación Participativa. "Estrategia de paz". Editorial. Tercer Mundo.1999 
Jaramillo, Samuel y Cuervo, Luis M. La Configuración del Espacio Regional en Colombia. Editorial. Poligrupo Comunicación.1987 
Nueva Constitución Política de Colombia. Texto Oficial 1991. Editorial Esquilo Ltda.
Nueva Historia de Colombia. Editorial Planeta. 1989. Tomos I - II 
Ocampo, José Antonio, Historia Económica de Colombia. Editorial. Siglo XXI.1987

Recordemos la (vergonzosa) compra de votos de marzo de 2010

Publicado por Colombiano Sensato , domingo, 2 de mayo de 2010 22:21

Colombia sensata - un sitio para sentar cabeza


Un Gobierno a punta de lechona (y balas)?


lechona significa lo que se le da al pueblo para calmar su hambre por poco tiempo
esto aplica a la compra de votos


A algunas personas esto todavía nos escandaliza, pero para otras comprar votos es tan
sencillo como intercambiar tapas de cerveza premiadas para reclamar el premio
otra forma de rebusque como el intercambio de monas (láminas) del album del mundial fifa
o talvez como traficar con cheques de subsidio familiar, o como revender boletas para ir a ver a su equipo favorito


refresquemos la memoria, de nuevo youtube nos ayudará...



COLOMBIA: Descarada feria de votos en Cartagena y Villavicencio(META)


http://www.youtube.com/watch?v=5cUI9IgRQH8






Despues de ver el video tristemente la frase irónica se hace realidad


"la democracia es el sistema donde la gente CREE que elige a sus gobernantes"

que pensaba el presidente Alvaro Uribe de Antanas Mockus en 2003

Publicado por Colombiano Sensato , sábado, 24 de abril de 2010 11:11

Colombia sensata - un sitio para sentar cabeza

sin comentarios...

mas de una razón para votar por Mockus

Publicado por Colombiano Sensato , jueves, 22 de abril de 2010 16:56

Encontré este blog muy interesante...


Entender la propuesta de Antanas!!! (Mockus) - correo bastante largo‏

Publicado por Colombiano Sensato , viernes, 16 de abril de 2010 0:37

Entender la propuesta de Antanas!!!‏
De:lyda c
Enviado:martes, 13 de abril de 2010 04:08:00 a.m.
Para:

Lo Que Colombia merece, lo que nosotros merecemos:



Ante la descarada omisión que los medios están haciendo de las propuestas programáticas de los candidatos presidenciales, cada vez es más necesario que los ciudadanos nos tomemos el trabajo de utilizar los medios a nuestro alcance para llevar la discusión a niveles más profundos. El debate de la semana pasada mostró un alto grado de trivialización del escenario político. Los medios están contribuyendo a menospreciar la capacidad de comprensión del colombiano promedio y sólo hacen ecos de programas de gobierno que se resuman en dos o tres palabras. Cuando alguien expone un concepto que va más allá de las consignas obvias, dicen que es confuso y que no tiene claridad.

Por eso es importante mostrar las propuestas de la forma más clara posible y tomarse el espacio necesario para destruir los mitos que se han ido creando alrededor de figuras como Mockus, a quien como no le pueden achacar ninguna relación con intereses oscuros (como a otros candidatos), le han terminado endilgando una pretendida debilidad de carácter acompañada de confusión de criterios.

Vamos por partes.

Juan Manuel Santos, que quiere mostrarse como el sucesor de Uribe, exhibe la bandera de la mano dura basado en su gestión como Ministro de Defensa. Desde esa posición elabora un discurso parecido al que impuso George Bush sobre el terrorismo hace ya varios años: “quien no está conmigo está contra mí”. La versión reeditada para la campaña es: “quien no usa un lenguaje agresivo exclusivamente dirigido a las farc, es un blandengue que se va a doblegar ante las exigencias del terrorismo”. Además de convertir a la seguridad democrática en una marca registrada, cuando se supone que es un deber de cualquier gobierno civilizado, esto conlleva el supuesto de que si alguien señala la necesidad de acabar con otras fuentes de violencia (violencia doméstica o corrupción, por ejemplo), es porque se está haciendo el de la vista gorda ante el terrorismo de las farc y va a echar al piso la seguridad democrática. Estos razonamientos son simplemente inaceptables, pero terminan siendo parte del sentido común de la mayoría de la población porque han venido siendo presentados en los medios con la misma persistencia irracional de cualquier emisora que quiere “pegar” una canción. Uribe se ha encargado durante los últimos ocho años de dejar muy en claro que en este país el terrorismo se llama la’far’ y que todos los males son culpa del terrorismo. A cualquier persona sensata esto le parecería una simplificación excesiva de la realidad compleja de un país como Colombia, pero la aceptación que tienen estas tesis es una evidencia de que la gente no quiere enredarse y busca cosas simples.
La postura de Mockus es mucho más coherente y pertinente, pero no por eso es menos clara o menos sencilla. Lo que pasa es que en el estado actual de cosas, dicha propuesta requiere de una pequeña explicación para ser entendida (explicación que no tiene cabida en nuestros debates estilo reinado de Cartagena).

Aquí va la explicación.

El narcotráfico ha potenciado en Colombia una cultura en la que es justificable salirse de la ley (por ejemplo usando la violencia) para adquirir poder. Esa cultura es algo que tienen en común, por citar unos ejemplos, los guerrilleros de las farc, los rastrojos, y algunos niños que desde las comunas de Medellín aspiran a ser otro Pablo Escobar, otro Chupeta, otro Don Berna. Pero la cultura del narcotráfico no se ha limitado a los círculos cercanos de los narcotraficantes. La cultura mafiosa ha terminado haciendo cada vez más débiles los límites morales, legales y culturales de grandes sectores de la población. A muchos no les parece grave evadir uno que otro impuesto de vez en cuando, o saltarse la letra pequeña cada cierto tiempo - “¡Pero si yo no le hago daño a nadie. El estado no siente!”-. Estamos más acostumbrados que otras sociedades a darnos permisos, a forzar los límites y a usar atajos para “facilitar las cosas”. No es que todo esto sea un fruto del narcotráfico, pero nadie puede desconocer que el narcotráfico ha logrado sacar lo peor de muchos colombianos. Y una de esas peores cosas es la cultura de la trampa y el atajo. Así, en la propuesta de Mockus se pueden identificar dos premisas esenciales.

En primer lugar, el país tiene un problema cultural que no se puede achacar a un solo actor de forma exclusiva. Para ponerlo en otros términos, la seguridad democrática sería como la medicina alopática o convencional que ataca los síntomas (la’ far’) sin preocuparse por las relaciones sistémicas que hay detrás de esos síntomas. La propuesta de Mockus sería en cambio como la de la medicina bioenergética: tratar el sistema para que desaparezcan los síntomas. Intervenir directamente la cultura y crear un cambio de mentalidad para que no sea aceptable, bajo ninguna circunstancia, la violación de algunos principios básicos, como el respeto a la vida y el respeto a los recursos públicos. A esto se refiere Mockus cuando propone crear tabúes de manera que robar o matar sea igual de feo que pegarle a la mamá.

En segundo lugar, y yendo más adentro en la naturaleza del problema, tenemos un tremendo divorcio entre la cultura, la ley y la moral. ¿qué quiere decir eso? Quiere decir sencillamente que lo legal nos parece jartísimo, lo que nos atrae y nos entusiasma suele ser ilegal y el hecho de saltarnos la ley no nos provoca remordimientos. Así de sencillo. Por eso es frecuente oír por ahí que tenemos una legislación para un país como Suecia. Nosotros mismos no aceptamos que una legislación progresista sea para Colombia porque reconocemos que nuestra cultura menosprecia el valor de la ley. Y lo más grave: no nos importa. Porque, como en todo estereotipo, esto tiene un lado bueno que es el famoso mito de la malicia indígena. Los colombianos nos las damos de vivos, de maliciosos, de astutos, y nos burlamos de los canadienses, los gringos y los austríacos porque nos parecen excesivamente ñoños. No hay que ser demasiado vivo para darse cuenta que es esa misma viveza la que nos lleva a pasar por encima de la ley sin que se nos mueva un pelo. Y es esa cultura de la trampa (la malicia indígena no es más que un eufemismo), la que ha sido alimentada por la ambición que trae el narcotráfico y que nos tiene metidos en una espiral de violencia que lleva más de medio siglo.

Ahora bien, ¿cómo se crea un cambio de mentalidad tan grande como para cerrar la brecha entre nuestra cultura y nuestra ley? Lo más interesante es que Mockus es precisamente el único dirigente político en el país que ha logrado cambios de este tipo desde una posición de gobierno. Voy a mencionar dos ejemplos muy sencillos: En la década de los ochenta era imposible ver a alguien en Bogotá manejando con cinturón de seguridad. Al finalizar la primera alcaldía de Mockus todo el mundo había desarrollado el instinto de ponerse el cinturón antes de arrancar. De igual manera, a principios de los noventa los peatones debían cruzar la calle entre los carros porque no existían cebras y mucho menos existía la conciencia de respetarlas. Hoy en día el conductor que queda atravesado en una cebra por un cambio de semáforo siente inmediatamente la presión de estar haciendo algo mal. Estos cambios no se lograron únicamente con mimos o con tarjetas rojas. Pero tampoco se debieron exclusivamente a las multas. Estos cambios se dieron gracias a la combinación de diferentes elementos. ¿Cuáles elementos? Pues precisamente los que permiten acercar la ley a la cultura y éstas dos a la moral. La multa funciona como una sanción legal, pero si no va acompañada de una presión social, el multado termina buscando la forma de evadirla y no llega a sentir culpa El mimo funciona como el símbolo de una sanción social, pero si no va acompañado de una multa, no genera la fuerza suficiente para convertir el comportamiento en hábito. Por eso la estrategia se puede resumir así: combinar presiones legales con presiones sociales, en la misma dirección, para producir remordimientos y culpas por los actos ilegales. Por esa vía se lograron cambios importantes y duraderos en Bogotá que hoy a muchos nos siguen enorgulleciendo.

La pregunta es: ¿puede usarse el mismo razonamiento para resolver los problemas de Colombia? La apuesta es que sí se puede. De hecho es una apuesta que apunta a una mano dura, más dura que la del uribismo más recalcitrante. Por una sencilla razón: la mano dura de Uribe-Santos está dirigida a erradicar militarmente a la’far’. La mano dura de Mockus en cambio está dirigida a atacar jurídica, social y militarmente cualquier tipo de ilegalidad. Y sabemos que la tolerancia a la ilegalidad está detrás de todos los problemas del país. Desde la corrupción hasta el desempleo pasando por la crisis de la salud y el narcotráfico. El enemigo no es la izquierda o la derecha. El enemigo no es el que piensa distinto o el que se niega a darme la razón El enemigo es la ilegalidad, en todas sus formas. Necesitamos que Colombia sea un país legal

No es fácil, pero se puede. Se necesita una revolución cultural. Y para esta revolución se necesita un mandato claro. Por eso es importante que Mockus gane no raspando, sino con muchos, muchos votos. No estamos pensando en ganar la campaña, sino en emprender la tarea gigantesca de cambiar a Colombia para convertirla en un mejor país. Si estas ideas le parecen convincentes, por favor vote por Mockus el 30 de mayo. Si le sigue pareciendo muy complicado y necesita algo más simple, puede seguir siendo uribista o mamerto. Pero no diga que no se lo advertimos.

(
Escrito por:Oscar Hernández Salgar, Músico y Administrador Cultural. Magíster en Estudios Culturales. Director del Departamento de Música de la Universidad Javeriana)

SI UD. NO REENVIA ESTE ANÀLISIS A 50 PERSONAS O MÀS, NO PASARÀ NADA!!!!,

PERO SI LO HACE....

COLOMBIA SERÀ MEJOR

Email sobre Mockus bastante largo - incluye link para volverlo audio

Publicado por Colombiano Sensato , miércoles, 14 de abril de 2010 19:21

OTRO MAS - RE: Por qué votaré por Mockus‏
De: Juan
Enviado: viernes, 09 de abril de 2010 5:06:41

Un interesante resumen de nuestra historia reciente
deberiamos juntar estas iniciativas

hola para los que les de pereza leer como ami les dejo este link


copien el texto y peguenlo, convertir a mp3 y escuchenlo. vale la pena

att: mao



Por qué votaré por Mockus

*Miguel Ángel Bernal R.

Cuando nací, en julio de 1974, el presidente electo era el liberal Alfonso López Michelsen. Poco supe de él. Sólo que se inventó una ventanilla siniestra para que los narcos lavaran la platica en el Banco de la República y que su primo hermano, Jaime Michelsen Uribe, desfalcó al grupo Grancolombiano en miles de millones de pesos dejando en la calle a muchos ahorradores.

Luego, cuando tuve alguito de uso de razón, en 1978, fue electo el también liberal Julio César Turbay Ayala. De él supe un poco más, pero no más alentador. Tenía una política que se conocía como el Estatuto de Seguridad que en el papel era para preservar la democracia y en la práctica era para matar a comunistas armados y desarmados. Además, el M-19 se le tomó una embajada llena de embajadores y se le fueron para Cuba muertos de la risa. Para la posteridad sólo lo recordaría como la inspiración de los mejores chistes idiotas de idiotas que hubiese podido escuchar. Ahora para contárselos a mi hijo le tengo que hacer una clase de historia de este pintoresco personaje.

Después, en 1982, con algo de criterio infantil, el mejor de todos, vi como un ser salido de la poesía recitaba discursos con un tono que fácilmente curaba el insomnio de cualquier esquizofrénico. Había derrotado a un pelado joven de greñas rebeldes, bigote novelero y carisma arrollador y al cuchito López que era viejito desde que yo era un bebé. Ese joven era Luis Carlos Galán Sarmiento, a quien le debo mi amor por los temas políticos y el odio por la política y su uso nacional, no por su ejemplo, sino porque esa política lo asesinó. A Belisario, con ese tono que le salía con su paquidermismo para actuar, el M–19 también, mandado por Pablo Escobar, se le tomó la Corte Suprema de Justicia y masacró el único poder público respetable en el país. Si de verdad el “M” hubiese querido hacerle un favor al país, se hubieran metido al circo del frente cruzando la Plaza de Bolívar. Con Belisario empezó el narcoterrorismo también. Antes de lo del Palacio, los narcos mataron a su Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla y empezó la cacería de jueces, magistrados, periodistas y todo al que se les opusiera. Belisario no era un Presidente, era un poeta jugando a mandar y mandaba con poesía barata y resultados costosos a merced de quien de verdad pudiera mandar.

Un país subyugado al narcotráfico le tocó recibir a Virgilio Barco Vargas en 1986. El tipo no era malo, pero estaba enfermo. Cuando tenía lucidez sabía gobernar, cuando no, su secretario privado negociaba el país con los narcos. Ya no hablaba bien, el altzhaimer lo tenía consumido.

Después Cesar Gaviria, en 1990, asumió la presidencia por casualidad, por error, porque mataron al verdadero Presidente, Luis Carlos Galán Sarmiento. Gaviria no fue un Presidente, fue un negociante. Sabía que debía combatir el narcotráfico pero también que tenía que quedar bien con todo el mundo. Con las encuestas, con los gringos, con el Congreso, con la oposición… vendió el alma a dios y al diablo, jugó en todos los bandos, pasó por encima de la conciencia moral de sus políticas y mandó a Colombia de nuevo a la guerra narcoterrorista por apresar y dejar volar a un megaasesino como Pablo Escobar a quien después tuvo que matar.

Después llegó Samper en 1994. Él quería ser Presidente. No importaba cómo. Y fue presidente apoyado por el narcotráfico. Lo pillaron y no pudo gobernar pero se pudo salvar de la cárcel que merecía porque compró a sus investigadores, corruptos congresistas. Terminó su mandato, pero no gobernó.

En 1998 llegó Pastrana, aún más ingenuo y tonto que Belisario, con la misma “nobleza” bienintencionada que sólo le dio más poder a la guerrilla para que secuestraran al país entero.

En 2002, un hombre de hablar paisa enérgico devolvió la fe al país. Álvaro Uribe Vélez. De carrera política intachable. Desde concejal hasta presidente siempre un ejemplo de “varón”. Iba a acabar con la guerrilla, malditas cucarachas de agua puerca. En 4 años el país estaría depurado de esta lacra que el bobalicón de Pastrana dejó crecer como espuma. 4 años no fueron suficientes y se hizo reelegir en 2006. Volvió a arrasar. 4 añitos más y las cucarachas rogarían piedad ante el Baygón Uribe. Entre tanto, sus amigos los paras se iban a negociar con los Estados Unidos irrisorias penas a cambio de su silencio en Colombia y dejar gobernar al patrón. Los terratenientes legalizaron las tierras que usurparon a los campesinos y les dieron platica del Gobierno para poner a producir tierra abonada con sangre. Los ricos acapararon las riquezas y los pobres engrosaron los cinturones de miseria de las ciudades. Los ricos pudieron llegar más fácil a Anapoima y los pobres llegaron más fácil a ser más pobres. Sin embargo, hubiese ganado otra vez en 2010 para tener 4 años más para matar a esas malditas cucarachas de “la farc" si la Corte Constitucional no salva la poquita dignidad nacional.

Ahora unos quieren seguir sus pasos, otros se bajaron de ese bus para coger su propio taxi y otros piensan que las cosas se pueden hacer de una forma distinta. Yo no apoyo lo que hizo Uribe porque acabar con guerrilleros no es acabar con la guerrilla, porque acabar con los pobres no es acabar con la pobreza, porque darle la plata a los ricos no es generar equidad, porque negociar con los paras no es acabar con el paramilitarismo, la terratenencia y el narcotráfico, porque ha mantenido su castillo sobre sólidos cimientos de corrupción, porque tuvo un DAS de bolsillo para hacer torcidos, porque quienes lo apoyan están en su mayoría en la cárcel por hampones, porque es un buen gobernante para los ricos dentro de un esquema rancio y corrupto, en el que las élites se mantienen como opresores de una base ignorante y torpe que se deja dominar. Eso para mí es Uribe y yo no quiero más de eso, porque él representa una cultura mafiosa que se vale de lo que sea para sostener el poder, así el poder socabe las bases de una sociedad más justa. Me indigna que sus hijos se hayan enriquecido por las bondades de las influencias mientras no se puede tratar mejor a las víctimas de la violencia porque no hay platica y colapse el sistema de salud con la emergencia social porque no hay platica cuando sus hijos rebosan de rechonchos de lo millonarios que se hicieron en estos 8 años. Para mí este gobierno ha sido un asco y me ratifico, es un asco elitista, plutocrático y corrupto. Además sigue habiendo guerrilla, tanta, que ya son presidentes del país vecino. Entonces, en el fondo, no logró ni siquiera la única tarea que se le había confiado.

Ahora, yo si quiero algo distinto. Algo que rompa culturalmente con este ciclo de politiqueros que nos han venido gobernando. Turbay fue enterrado con los máximos honores. López fue enterrado con los máximos honores. En mi concepto, merecen escupitajos sobre sus tumbas, una bandera rota y tirarlos como injustamente lo hicieron con los falsos positivos, por ahí en cualquier potrero. Seré duro y no me importa porque no tengo el poder para que le importe a alguien, pero estas ratas lo único que hicieron fue arraigar una cultura mafiosa que hoy hace más valioso a un sicario rico que a un campesino pobre. Belisario y Pastrana fueron la pequeña patria boba en dos cuotas diferidas a 16 años que le permitieron a la guerrilla fortalecerse como los hampones que son. Samper es el ícono vivo del cinismo politiquero. Consultor de las causas morales cuando gobernó con total inmoralidad. Le haría un funeral con honores, si fuese necesario, si cumpliera la condición para ser beneficiario de un funeral.

Yo quiero algo distinto. Cuando en 1993 un tipo desconocido con nombre raro, rector de la Nacional, se bajó los pantalones para mostrarle el culo a unos estudiantes saboteadores pensé dos cosas: una, si fuera marica este man no me gustaría… que culo tan desagradable, y dos, este tipo es un berraco, se bajó los pantalones frente a unos manes que le pudieron haber insertado una bomba molotov por el recto. Creo que este tipo es valiente. En ese año era un adolescente de pensamientos básicos y vulgares que conservo hasta hoy un poco más retóricos. Pero si me quedó la sensación de que ese tipo iba a hacer algo importante. No creí que fuera a ser político porque el tipo no le cae bien a nadie. Habla aburridor, mueve las manos como si las palabras se le fueran a caer y es más enredado que un bulto de anzuelos. Además se peina como un meme y no tiene nada de carisma. A mi me cae bien porque creo que soy solidario con quienes solemos caer mal. Pensé que por ser inteligente la política no le iba a gustar. Pero no. Se lanzó a la alcaldía de Bogotá y por primera vez en la capital arrasó el voto de opinión. Puso mimos y gente disfrazada para que se respetara la cebra. A mi me caló porque hasta ese momento, pensé que la cebra sólo servía para que se notara mejor la sangre de los peatones atropellados. Habló de “cultura ciudadana” algo inhóspito para muchos y para muchos sólo logró que los carros no pisaran la bendita cebra.

El tipo siguió por ahí dando lora y volvió sin atenuantes a la alcaldía a seguir haciendo lo suyo. Sólo que ahora tenía puentes para mostrar, Transmilenio para moverse y muchas cositas más que dejó Peñaloza, un buen ejecutivo. Si por mí fuera, hubiese querido que Peñaloza y Mockus se hubieran sucedido en la alcaldía de Bogotá hasta que los dos se murieran. Bogotá progresó siglos que el Polo está logrando hacernos reversar de nuevo. Uno haciendo cosas y el otro enseñándolas a usar. Una chimba la verdad.

Mockus es un tipo honesto. Manejando ese monstruo de ciudad jamás se le hizo un escándalo de corrupción a él. Quizás a sus subalternos, porque es un tipo que confía aún en la gente. Grave error. Jamás actuó mal deliberadamente. Dejó tirada la alcaldía para ser presidente. Grave error. Tenía que terminar la tarea bien hecha y no lo hizo. Pero ya pidió perdón, y yo, ya lo perdoné.

El tipo sabe de cultura, habla de cultura, infunde cultura, pulula cultura y no en el sentido erudito y odioso del profesor Bustillo, la cultura de verdad, la que forma ciudadanos y ciudadanía, la que permite convivir en paz y no con las “Convivir”. Yo creo en eso y a eso le apuesto. Siempre dejamos esa tarea para mañana porque primero hay que acabar con los “narcoterroristas de la farc” mientras los narcoterroristas de la farc toman ron con Chávez pensando cómo es que van a invadir a este pueblo lleno de ignorantes porque la revolución bolivariana lo va a amoldar todo con su reencarnación venezolana de Bolívar. Yo quiero ciudadanos que sepan en su intelecto por qué Chávez está loco y no ciudadanos que lo reten a pelear para que “sea varón”. Varones por montones en los cementerios es lo que hay en este país. Yo quiero ciudadanos para que sean los ciudadanos concientes los que repudien a las Farc, y no un cúmulo de militares adoctrinados para dar positivos así sean falsos. Yo quiero ciudadanos para construir identidad nacional no por la carnita y los huesitos sino por el cuaderno y el esfero. Yo quiero ciudadanos que sean capaces de aborrecer la corrupción y tumbar a un presidente corrupto como Samper y no unos humildes lacayos de salario mínimo que por no perder su puestico respalden al que sea por un tamal y una cerveza.

Quiero ciudadanos y los quiero ahora, no mañana, no en cuatro u ocho años. Los quiero ya. Mockus encarna eso y a eso le apuesto. Un tipo que habla enredado pero entiende fácil que es la cultura la que hay que cambiar. La cultura del vivo, la cultura del mafioso, la cultura del corrupto… esa cultura hay que cambiarla. La guerrilla hay que desestimularla con ciudadanía y conciencia, no con plomocracia, para que se extingan sus causas históricas. Porque la revolución está en las mentes, no en los fusiles. Porque así matemos a todos los guerrilleros siempre habrá un terrorista que haga daño amparado en las injusticias del sistema y la opresión y dominación de una élite recalcitrante así ese terrorista sea un simple hampón. La seguridad democrática es inocua si no hay autoridad moral de quien la ejerce. Y Mockus algo si tiene. Autoridad moral, honestidad y unas ganas inmensas de cambiar una cultura que clama a gritos ser cambiada. No mañana, no en cuatro años, no en ocho años cuando acabemos con “la farc”. Lo necesitamos YA, a partir de este instante para tener un punto de inicio e inflexión, para cambiar de raíz y no de hojas. Porque las hojas se van en otoño y vuelven en primavera pero el árbol torcido, torcido se queda. Es hora de cambiar la cultura y la oferta está hecha. Se llama Antanas Mockus Sivickas. Desde que mataron a Galán me prometí no apoyar a nadie. Con él mataron mis ganas de participar con ahínco en estas lides. Pero Mockus es un buen tipo, como lo era Galán. Galán era buen político. Mockus no, es malo, muy mal político, no sabe de eso, gracias a Dios. Porque como buenos políticos murieron Turbay, López, Barco y quizás lo hagan Belisario y Pastrana. Samper que se muera como quiera. Pero que nos haga el favor un día de estos. Buenos políticos pero pésimos ciudadanos. Yo prefiero a este ciudadano mal político.

Sí, votaré por Antanas Mockus para iniciar desde el gobierno el cambio cultural que nos permita entender que un campesino merece más atención que un mafioso y que esto quede escrito en un cuaderno y con un esfero para que no se nos olvide como sociedad. Por eso yo votaré por Mockus.

Documental en Video sobre cambios de Mockus y Peñalosa sobre Bogota

Publicado por Colombiano Sensato , 19:18


Cómo cambió Bogotá con Antanas Mockus‏
De:Juan Camilo
Enviado:domingo, 11 de abril de 2010

Un video vale mas que mil imagenes

Por fin el documental que habián colgado en la página del partido verde....en español para hacerlo masivo....reenvielo por favor a todos sus conocidos...



LINK DEL DOCUMENTAL EN ESPAÑOL:


Es un documental acerca del cambio que hicieron Mockus y Peñalosa en Bogotá. ¿Se imaginan ese cambio en Colombia?... Es producido por Upgrade Films, con la colaboración de la cadena japonesa NHK, el Sundance Channel, y el Instituto Fílmico Danés.

Después de esto,
¿Quién dice que Mockus no tiene el carácter para enfrentársele a los problemas del país?Aquí se da con un capucho de la nacional, se le enfrenta a los taxistas y al concejo de Bogotá,

...Es importante, pues la campaña de Antanas no cuenta con suficiente propaganda política para mantenerse en la competencia de los que hoy "encabezan" los noticieros y las encuestas...